Después de finalizado ese 2017 tan lleno de retos, comienza un 2018 con muchos intentos de arrancar. Ese segundo semestre era un intento continuo por restablecer lo que perdimos. La electricidad era total inestabilidad, (todavía hay mucha inestabilidad eléctrica en PR). Entonces era un continuo estar listos para salir y mover cosas de neveras a otros edificios, un vivir con los tenis listos para correr. Luego llega al laboratorio un estudiante que debía defender la tesis, había puesto pausa a graduarse por irse a trabajar dando clases, fue un poco de compañía y algo de discusión pero muy poco tiempo. Sinceramente lo más impactante para mí fue que mi directora de Tesis no tenía cabeza para atender mis asuntos.
Agraciadamente, ella reconoció esto y me mando un mes al laboratorio de su pupila ahora una Profesora con su propio laboratorio en NJ. Durante mi estancia en ese ambiente recordé lo bueno que es hacer ciencia con un ambiente propicio. Sentir que puedes conversar temas, hacer preguntas, hacer experimentos y los demás están emocionados por ellos. Que puedas recibir retroalimentación en un tiempo adecuado, recibir la educación que mereces para tu entrenamiento. Entonces comencé a recibir confianza de nuevo, solicite a un programa que te da un estipendio además de costear tu matricula, sin embargo ahí va de nuevo otro rechazo. Esta ocasión me tomé el rechazo un poco más ligero, aunque admito que los prestamos estudiantiles seguían creciendo en tamaño lo cual me preocupa todavía.
A final de ese año 2018 en el laboratorio se sometió un articulo científico y yo soy co-autora de este. Ese primer paso a formar parte del mundo de los autores, abrió muchas puertas para mí. Solicité al programa de Yale Ciencia Academy, el cual me fortaleció durante todo el 2019 de una manera increíble para continuar en esta carrera. Nada como tener una red de apoyo, recursos y líderes que genuinamente quieran verte triunfar. Di una clase a estudiantes de dental y pasé por la experiencia de crear preguntas para examen, fue un estirarme y exponerme a diferentes circunstancias. El 2018 fue un año de sanar muchas cosas y estaba mucho mejor a nivel científico, emocional y personal. A pesar de las veces que las fallas de energía, transito de materiales o animales interferían con mis planes de experimentos.
En el 2019 como ya adelante, formé parte del programa o beca de desarrollo profesional que es Yale Ciencia Academy. Una familia llena de empatía, apoyo, mucho conocimiento para impulsarnos mutuamente en nuestras respectivas carreras. Este año viaje 3 veces a conferencias AAAS, Experimental Biology y SACNAS. Como siempre mi única queja o de lo que me arrepiento es de no tomarme uno o dos días extras para ver las ciudades o compartir con otros. Aún así disfruté muchísimo los viajes , compartí grandes memorias que ahora están en mis álbumes digitales. Al fin fui aceptada en el programa MBRS-RISE que me permitiría detener mis préstamos estudiantiles. Por otro lado en el laboratorio empezaba a tener un problema con el cual no contaba. Infección de las ranas que causó su muerte, veterinarios y personal que no parecía tomarse en serio la vida de mis animales. Me refiero a que simplemente le dieron un antibiótico genérico que no mostró resultado. Realicé algunos experimentos con esas ranas aunque sabía que no podía usar solo esos datos porque estuvieron expuestas a antibióticos lo que altera todo su sistema inmune.
Ese año durante el verano representa para Puerto Rico un despertar colectivo. Tenemos por primera vez en la historia una unión de todos los sectores mayores, jóvenes, distintas ideologías al unísono pidiendo "Ricky Renuncia", la renuncia del gobernador. Fueron unas semanas intensas de muchas emociones, sobretodo llenas de esperanza de cómo podía transformarse el país y dejar de ser espectador tomando acción en las calles. Fueron días de cátedra de nuestra creatividad al protestar pacíficamente. Por lo demás en la tesis yo estaba bastante estable, con mis metas claras marchando firme.
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