Entre otras cosas en el 2017 ocurre por primera vez una asamblea nacional con todos los recintos de la UPR. Se decide realizar una huelga sistemática. Estuvo bien cerca de que el recinto de ciencias médicas se fuera en huelga y yo siempre recordaré estudiantes egoístas lloriqueando razones para no irse en huelga. Al final acordamos la fácil de hacer paro en la semana santa. Sin embargo el que el resto de la universidad estuviera en huelga, trae mucha incertidumbre, dificultades en tramites administrativos. Recuerdo que compramos muchos reactivos porque estaba cerrando un grant del cual fondos nos suplimos. Durante el final de la primavera solicité a SPINES el programa que no había realizado el año anterior, y entonces me negaron la admisión. Que duro fue sentir ese rechazo. Sentía que mi vida de estudiante graduada era en las sombras y no tenía ningún provecho fuera de mis experimentos. A este punto tenía 3 años en escuela graduada y no había podido presentar en una conferencia.
Yo seguía aprendiendo y cortando tejidos pensando que mi tiempo era esencial y que por mucho madrugar amanece más temprano. Recuerdo que en septiembre 2017 tuve que trabajar más fuerte en el TA y realizamos el movimiento de cadáveres de la morgue al laboratorio de anatomía. Cuando comenzamos a escuchar sobre Irma, un huracán que aterraba solo escuchar sus números (la fuerza de vientos y gran diámetro). Fuimos afortunados de no sufrir mucho por ella, ya que solo bandas llegaron a parte del noreste y las islas. Cuando entonces a los pocos días llega la amenaza el huracán María, su trayectoria pronosticada era a travesando a nuestra isla. Nos preparamos como conocíamos, para mí el recuerdo más reciente sería cuando tenía 6 años o sea ya habían pasado 20 años. Fuimos optimistas pensando que iba a ser similar.
Recuerdo dejarle saber a mis mentores en linea que iba a ocurrir un huracán y probablemente no tendría electricidad, por lo que tardaría en comunicarme. Jamás pensé que iba a quedarme 2 semanas en casa de mis padres en Humacao, con la incertidumbre, y sin buena comunicación de que pasaba en el resto de la isla. La idea de saber si tendríamos gasolina era muy estresante, el depender de el vehículo para buscar agua, víveres y gasolina para el generador eléctrico. Además la idea de que estaba en un periodo de transición donde mis padres no entendían mi necesidad de independencia & el que sino salia a san juan no sabía si podía continuar mi tesis. Siempre pienso que si mi laboratorio se hubiera organizado o si yo hubiese vivido cerca, hubiera podido salvar muchas muestras o reactivos. Pero como dicen por ahí el hubiera no existe.
Esta época de las semanas después del huracán fueron bien duras emocionalmente, la incertidumbre me mataba. Lo más que pensaba era si mi investigadora principal se iba a ir y abandonar el barco como muchos académicos hicieron. El sentimiento del país era uno de desolación y abandono de parte de las autoridades gubernamentales, nosotros como pueblo hicimos lo que sabíamos. Levantarnos el ánimo unos a otros, alzando nuestras banderas y deseando que la fuerza de resistir nos moviera. Los vecinos se unieron a abrir caminos, conseguir alimentos, regar la voz de lo que se conseguia o no. De ahi tan relevante la frase de: "el pueblo salva al pueblo", la solidaridad se creció.
Llega noviembre y con el la primera conferencia en donde iba a realizar una presentación de afiche. Recuerdo que me hice un préstamo a mis ahorros, porque los apagones impredecibles evitaban que las cosas se movieran en la administración. Al final si tuve el cheque de viaje, compartí cuarto con mi compañera que iniciamos juntas la aventura del Ph.D. En este día de vuelo fue un culmen de emociones, sentía como abrumada por problemas con mi relación sentimental de pareja, incertidumbre e incapacidad de continuar mi tesis. Sin embargo, estoy agradecida de cuanta claridad me dio este viaje en mi carrera y mi crecimiento personal.
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